Que de tiempo hacia que no ponía ninguna entrada, pero es que no he tenido tiempo, demasiadas cosas por delante.
Esta receta es de mi abuela Pepa, la hacía mucho mi madre y ahora la hago yo.
Las recetas de siempre son las que a mi me gustan, disfruto con ellas, las de las abuelas, las que estan arraigadas en la cultura de un pueblo.Pero se está dejando atrás con tanta comida de diseño.
No debemos perder esta cultura gastronómica de nuestros mayores.
En fin que yo de diseño ni la cuchara.
Ingredientes:
Patatas 500 grs. (de las nuevas, o patata harinosas)
Mantequilla 50grs.
Atún, una lata pequeña
Un par de rodajas de limón
Ajos dos dientes
Un huevo
Perejil
Sal
Pan rallado.
Aceite para freír (oliva, girasol, maíz)
Elaboración:
1. Lavamos las patatas la ponemos a cocer en una cacerola, con agua hasta cubrirlas y las dos rodajas de limón, cuando estén tierna sin pasarnos para que no se desboronen, dejamos que se enfríen un poco solo y le quitamos la piel.
2. Picamos el perejil en un bol, los ajos, echamos la mantequilla y la sal, machacamos todo con la machacaera (palo de madera del mortero).
3. Cuando este todo bien machacado, le vamos incorporando la patata una a una que iremos triturando con el pasapurés, utilizaremos el perforado más grande. Como la patata esta todavía caliente la mantequilla se va derritiendo y se mezcla todo.
4.Incorporamos el huevo, y lo mezclamos todo, el atún escurrido y lo seguimos mezclado.
5.Vamos cogiendo pequeñas porciones y la pasamos por el pan rallado y hacemos una croqueta, hasta que terminemos con todas.
6.Ponemos a calentar el aceite, yo prefiero el de girasol que da menos sabor a la fritura, cuando esté bien caliente las vamos friendo, en este punto hay que tener cuidado porque se nos pueden espachurrar.
7.Sencilla y deliciosa esta receta. Yo le echo atún, pero puedes utilizar tu imaginación.
Espero que te guste, Laly
estas recetas que viene de las abuelas o de las madres me resultan una maravilla, sin duda, tienen su toque especial
ResponderEliminarUn saludo Maria, tienes toda la razón, están hechas con un toque especial, las más sencillas son las que más nos enamora, además cuando las haces, evoca a esa persona que le ponía el punto especial a la receta y como ella no la hacía nadie.
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